Las herramientas que se recomiendan en esta web permiten estimar la huella alimentaria de diferentes tipos de iniciativas vinculadas con la agricultura y la alimentación. En especial, de aquellos proyectos locales que impulsan sistemas alimentarios saludables, sostenibles, basados en la proximidad y la temporada.

Se han compilado herramientas útiles para proyectos de seis ámbitos distintos.

¿Coincide alguno de ellos con el de la iniciativa que promueves o de la que formas parte?

Este es un ámbito clave en la promoción de sistemas agroalimentarios locales, saludables, sostenibles y justos, tanto por los volúmenes de compra como por el número de personas consumidoras al que puede llegar. Un caso particular y con un potencial singular es el de la restauración colectiva.

Es factible disminuir significativamente la huella alimentaria - y por tanto mejorar la salud de la población y del planeta que habitamos - incorporando alimentos ecológicos, de proximidad y temporada; introduciendo menús enmarcados en la Dieta de Salud Planetaria o similares o reduciendo y gestionando mejor el desperdicio alimentario, por ejemplo.

Si estás vinculado o vinculada a un proyecto de restauración saludable y sostenible, ya sea colectiva (centros educativos, clínicas y hospitales, residencias de mayores, empresas públicas y privadas, etc.) o comercial (restaurantes, mesones, hoteles, locales de comida para llevar, etc.), en ¿Cuál es tu huella alimentaria? encontrarás herramientas adecuadas para conocer su impacto climático, ambiental y socioeconómico.

El impulso de espacios de venta directa de alimentos de proximidad, de temporada y ecológicos permite el acceso de la población a alimentos cosechados cerca de su momento óptimo de maduración, adaptados al territorio, a sus ciclos naturales y a la cultura local. Además, facilita el acceso a precios justos para las personas productoras y consumidoras, dignificando la profesión agraria y fomentando la economía local.

Iniciativas como los mercados de venta no sedentaria y mercados municipales, los grupos de consumo o los centros de distribución pueden acercar la realidad agraria local a las personas consumidoras y facilitar que elijan sus productos. Si participas en algún proyecto similar, el Recomendador te ayudará a estimar sus impactos.

La transición hacia sistemas agroalimentarios locales más sostenibles y saludables requiere fortalecer el sector agrario arraigado al territorio, apoyar su transición hacia la producción agroecológica y ayudarle a avanzar en su articulación con el consumo local.

La creación de cooperativas y asociaciones de productores y productoras, la puesta en marcha de bancos de tierra, el fomento de la formación en producción ecológica, y el apoyo a la transición e incorporación de jóvenes, son acciones que contribuyen a la relocalización de la actividad agraria.

En esta web hemos compilado herramientas que te permitirán estimar los beneficios climáticos, ambientales y socioeconómicos de este tipo de iniciativas.

Alrededor de un tercio de los alimentos producidos en el mundo para el consumo humano se pierde o desperdicia. Abordar este ámbito es fundamental: es un disparate gastar energía y recursos para producir, procesar, distribuir y cocinar unos alimentos que van a acabar en la basura.

Las pérdidas y el desperdicio se producen por diferentes motivos: la aplicación de estándares de calidad o estéticos que nos llevan a rechazar productos en buen estado, las políticas de precios y sobreproducción, determinadas estrategias de marketing, posibles daños durante la distribución, la falta de planificación de la compra, la pérdida de la cultura del reaprovechamiento, etc.

¿Cuál es tu huella alimentaria? te facilita el acceso a herramientas de cálculo adaptadas a iniciativas que promueven la prevención de las pérdidas y el desperdicio alimentario a lo largo de la cadena alimentaria, como la recuperación y redistribución de alimentos para entidades sociales, la transformación alimentaria a partir de alimentos no comercializables pero en buen estado o los programas de compostaje, entre otros.

El 70% de los alimentos producidos en el mundo se centralizan, distribuyen y consumen en las ciudades, configurándose así como grandes polos de abastecimiento alimentario. Pese a que no son habitualmente los espacios donde se producen los alimentos, a menudo sí son el lugar donde se marcan las pautas culturales en torno a la alimentación. Así, lo que ocurre en las ciudades tiene un impacto enorme en cómo se configura y desarrolla el sistema alimentario y en su impacto sobre la salud planetaria.

El impulso de planes y estrategias agroalimentarias municipales y supramunicipales, así como de espacios de gobernanza multiactor (como los Consejos Agrarios y Alimentarios) permite establecer hojas de ruta adaptadas a los contextos territoriales. Estas iniciativas pueden generar planes de acción para la transición agroecológica que integren una articulación entre el campo y la ciudad con un enfoque respetuoso, de sostenibilidad y apoyo mutuo. En el Recomendador encontrarás herramientas para conocer el impacto de este tipo de proyectos.

El estilo de vida y los hábitos de consumo doméstico que adquirimos tienen impacto sobre el planeta, nuestra salud y nuestra calidad de vida. Conocer las consecuencias ambientales y sociales de lo que hacemos nos pueden ayudar a tomar decisiones individuales sobre nuestros hábitos cotidianos.

Incorporar en nuestra cesta de la compra productos de proximidad, temporada y ecológicos; adoptar dietas con bajo consumo de productos procesados, carne, lácteos, pescado y/o sus derivados (especialmente si son de origen industrial); o reducir el desperdicio alimentario modificando algunos hábitos de compra, conservación y cocina, son algunos de los cambios que pueden generar beneficios climáticos, ambientales y socioeconómicos para todos y todas.

Este tipo de elecciones pueden marcar una diferencia si reciben un apoyo adecuado de las políticas públicas que posibilite que se asuman colectivamente. Facilitar y fomentar prácticas sostenibles y saludables en la población y sus estructuras es responsabilidad de las administraciones de los diferentes niveles. Su implicación y acción puede marcar la diferencia en el cambio de hábitos domésticos. Para conocer mejor su potencial, en ¿Cuál es tu huella alimentaria? hemos reunido herramientas que nos permiten evaluar su impacto.